viernes

TRAMOYA*

1

* para        leer       despacio.


Ya amaneciendo, echan la persiana para no tener noticias del frente frío de la mañana. Lo hacen para no saber.
Una mujer regurgita las mariposas disecadas de su estómago, como cadenetas de hombrecitos inocentes de papel, en una esquina; sólo que sus hombrecitos no son nada inocentes. Su sombra clavada en la pared con alfileres tiene el mal gusto de una resaca agorera. Los ojos entornados de la persiana proyectan claros de bosque en la estancia por los que la calle les espía: es el mundo ahora un traje de luces, opresivo y bello en la entrepierna.
El interlocutor la llama con la voz "seda". Le dice que tenemos por ahí dentro un hueso que es el del sexo y la locura, que si le agarran a uno de ahí ya no hay manera de escaparse. Ella se acerca despacio a compartir las migajas que quedaron entre las sábanas, las penas con pan son menos- eso cree, porque no supo nunca bien la diferencia. Nadie les dijo que no es necesario ser consecuente con las metáforas, que nada les debían.
Avanza el día y todo se oscurece, ellos repiten siempre los mismos estúpidos gestos automáticos. Esta habitación sin puertas se defenestra en la noche.


1 tiro de piedra:

El delineante de cumulonimbos enterrados

"Enjambres de ventanas acribillaban un muslo de la noche", dijo Lorca.

La persiana me lo evocó.

castígame con tu indiferencia.