EL MISTERIO DE TU MUERTE el envés
falla
Pero
los versos que leímos flotan
como cadáveres al trasluz de la memoria.
ʇɹɐslnz:
luego
como cadáveres al trasluz de la memoria.
ʇɹɐslnz:
YO CREÍ QUE SABÍA un nombre tuyo para hacerte venir. No sé o no lo encuentro. Soy yo quien está muerto y ha olvidado, me digo, tu secreto.// José Valente
| queda dicho el 9/14/2010 11:30:00 p. m. por maría simó |
CONSUMO DE ALUCINÓGENOS
cartas sobre la mesa, espacio imaginario, fallaIntenté hacerlo, tuve desazón recurrente por llegar las palabras adecuadas. Por si de algo sirve, ya no soy yo la persona que escribía, esa persona se murió sepultada en el diario de Anaïs Nin. Estimaba que habría mucha más vida, un florecimiento dentro de la literatura, pero las páginas de los siguientes tomos me disgustaron muchísimo por algunas razones. Puedo decirte que es una manera de vivir parasitaria -borgiana, tal vez- poblar libros en lugar de personas, y sobre todo cuidarse mucho de haber escogido otra piel de serpiente -la serpiente, se dice es símbolo de conocimiento- y dejar atrás un túmulo de letras de molde, cáscaras vacías de tinta.
Cuando uno coge el siguiente libro y se alimenta, es como si las manos, al tocar las páginas, tuvieran alguna reacción osmótica y los capilares absorben la tinta, hileras de tinta negra y oraciones discurren las venas. El inconveniente de esto es que nacen criaturas mestizas, de piel y papel, y de tinta y sangre, y aún sigue siendo un proceso alucinante. La sola reacción de interiorizar y luego expresar con tu vida un libro me parece un ejercicio similar a consumir drogas y a la creación: un estado de agregación y segregación. Al tiempo que con la lectura gestas un desprendimiento, una solución de ti, contigo misma -un personaje-, el propio desplazamiento al amoldarte a las guías, a las concepciones del libro, es lisérgico, embriagador como un caldo de cultivo. Se produce un desdoblamiento cuando eres tú, que aún consciente observas el proceso, y tú con un libro en la mano, un dios menor que escoge ideas y las combina, que se cobija en un estilo: bajo la lengua cálida del escritor se tumba, y hilvana una microbiología en el paladar, cuando subraya y anota una frase y se la chuta e indaga más, intenta un mundo constelado.
Pero, como digo, estas disoluciones de biblioteca, como la droga, son una alquimia pasajera y crean una dependencia. Los entes que nacen viven intensamente dentro de uno y se fugan a una muerte rápida, ¡como los replicantes! -¿recuerdas cuando decían en Blade Runner que una vida que brilla con enorme intensidad no dura ni la mitad de la vida humana?-. A efectos de creación son mestizos, hijos de dios menor que poliniza la literatura de otros hombres. Como máquinas endelebles, sólo algunos restos de su cadáver, que conservamos saturninos en el fuero interno, algunas veces para siempre en una frase, un concepto, tan sólo unas palabras, origamis los sobreviven. Una memoria relacional que se expande en el infinito.
| queda dicho el 8/31/2010 12:14:00 p. m. por maría simó |
sábado
DORA GARCÍA y los cronopiáceos
falla, universal
En una ponencia en el MACBA sobre la distinción entre la investigación artística y la científica:
(De la línea del Afuera) dē-līr(āre) lat. 'salirse del surco', 'delirar' + -iu(m) lat.
"Características de la investigación artística. Es poco eficiente, en realidad no es nada eficiente. Es circular, es antilineal, es temerosa de llegar a un conclusión, esto le horroriza. Se desboca en la búsqueda, pero huye del final de la búsqueda como de la peste".
![]() |
Robert Walser, "psicótico" |
(De la línea del Afuera) dē-līr(āre) lat. 'salirse del surco', 'delirar' + -iu(m) lat.
| queda dicho el 8/21/2010 02:16:00 p. m. por maría simó |
Suscribirse a:
Entradas (Atom)