domingo

EL EXTRANJERO

Cuando lleguéis a viejos, respetaréis la piedra,
si es que llegáis a viejos,
si es que entonces queda alguna piedra.

Joaquín Pasos

Lo que me enseñaron
fue el despotismo de la palabra
sus fórmulas, cáscaras de cortesía,
sus comunicados oficiales
y programas de festejos.

Las gracias del pan,
tenga usted la bondad.

A bendecir la mesa
del cuerpo extendido.

A dar por buenos los días
del corredor moribundo

y sucede,
que tú te hiciste extranjero,
tú vives de algún otro modo
desplazado en el paisaje.
Se parece tanto tu tierra
desmoldada,
sólo fruto,
a un triunfo sobre la palabra

cada vez que exclamo
cómo te desheredaste
quemando
señales de autopista
formularios, evangelios
a tu tierra sin postales.

Es inútil.
No voy a alcanzarte desde este poema,
pero quisiera sentarme a tu lado
en la piedra y ver cómo lo dejas
flotar en la superficie del agua
desde donde trazas
en silencio tu cortafuegos.

jueves

UN POEMA CADUCO

Tendrán nuestros caminos paralelos
el sarmiento bastardo de la vid
y se combarán en otras estaciones
del año y del paisaje, abismados.

En sus aristas peinaremos las canas
de tejer telarañas atrapasueños
y seremos tan otros de los de ahora
que allí recordaremos mejor
aquellos que nunca fuimos

con un brote verde en los ojos
para trazar el pasado en parábola
arqueando la espalda, el lomo
de un facsímil biográfico.

Es muy probable la imagen
de esta rama corcovada de pájaros
sin quiebro ni emigración al sur

la necesidad de arrostrar adelante
la nostalgia, abatirla en el tiempo
de nuestras arrugas cuando hoy
crecen flores bajo los párpados.

domingo

EL MISTERIO DE TU MUERTE

Oí que habías muerto y estabas
en alguno de esos bloques de oficinas
paseando al perro en los suburbios
en un ultramarinos que emergía
a altas horas de la noche tan sólo
en ciertos callejones de tu barrio
simplemente un poco más allá
de mi radio de acción centrípeto
egocéntrico

y no te preguntaré si acaso viste
una luz blanca al final del túnel,
yo ya estaba vestida de negro.


.

jueves

LAS COSAS SENCILLAS

-  ¿Tendrás la válvula del corazón un poco averiada como la mía?
- Me quejaré del corazón  cuando tú te quejes.
- ¿Y aún sabiendo que no hay fontanero que  arregle esas válvulas, 
creerás que vamos a vivir siempre?
- Siempre, hasta volver a ver las persianas de volver del pasado,
 cuando aparezca el cartel anunciando de nuevo el estreno de "Aída".
"¡Rebeca!", Gómez de la Serna


Ya estaba despierta, tendida y no,
no he querido abrir los ojos.
Cómo decirte que era un color raído
tornasol, difraccionado, efervescente.
El interior de mis párpados se fuga
esta mañana y ahora, indefinido,
sombreado de azules. Irreparable-
mente lejos del mundo, decíamos
también entonces:

"Si cerramos las persianas estaremos en cualquier parte.
Cerrémoslas ahora. Estamos en París."

Si te hablo del color de mi oscuridad
declarada, autoimpuesta.
Si echo el telón ahora, tengo un soliloquio,
da igual en dónde sea,
tengo mudanzas lejos de tu paisaje.
Digo que mi retina prendió en la sombra.
No entendí, quizás no sea importante
describirlo.

Debería decir más bien
que cuando abrí los ojos tú no estabas.

NOCTILUCA

(hacia)
alguna parte.
Dibujé un símbolo en tiza blanca 
consigna, luminaria escogida 
para brillar

como brillan los secretos en los ojos
y se sonroja la mano
que apresa vacilante una luciérnaga.

Al paso
de mi paso por el mundo
estuve señalando los umbrales con
esta cruz de luz no muy distinta 

del beso 
en la boca de los burdeles. 

Doblando las esquinas
de algún libro, indiqué
todo lo incandescente.
Iluminé con velas cada alcoba
con pistas furtivas de aterrizaje.

Buscaba luz 
como busca la luna
vestida en el cénit de las ciudades

de sus treinta monedas 
de plata, que es el precio de un esclavo.

Sólo di a luz
un desalumbramiento.
Por suerte, los poemas aún se dejan
acariciar a oscuras,
animales.

martes

EL PASAJERO

No pasa nada.
Acoge en la pupila el blanco de los patios,
lo ciñe como la vagina que pare las formas
aún desvaídas, preñadas de luz
pero no pasa nada.

Sólo que al bordear el camino
recibe el picotazo de los setos,
sus afiladas costuras vegetales.
El filamento rizado de los jardines
tropieza con la espina en su costado.
El paisaje rebosa una nitidez pasiva.
No pasa nadie,

y aún sentado se esconde en un rincón
de la escalera empedrada, vigilante
de la evolución del insecto y de la tarde
que manda una sombra ultramar resbaladiza
a comprobar la cal de las paredes,
el caso omiso de las barracas
enfrentadas al mar con sus balcones.

La tarde se deshizo, revisó sus nudos
sobre una linea de consciencia discontinua,
sobre el paraje vivo y el pasado muerto
el cuerpo del pasajero encierra el limbo.
Ni dentro ni fuera de la piel, no pasa nada.





-"At the heart of it all", COIL-
hilo musical enhebrado por cortesía del sr. Planetario.

miércoles

INDICACIONES BREVES para volver a casa

En carne viva          
ojos de cerradura      
puertas desvanecidas.

Tus manos son la llave, mi cuerpo es todo llaga.

El camino expiatorio
lo acusas con el índice 
lo marcas en mi palma
lo prendes de mis hombros. 
         
Regreso de ti        
recoge tus migajas          
el camión de la basura.

Tus manos son la llave, mi cuerpo es todo llaga. Aún así.
No te creo.

Tus dedos en la herida
abierta como un libro.
Muerta la flor,
vuelta la hoja,

entra la letra con sangre.


lunes

EMULSIÓN


Esta ciudad es de sal, bien sabes
puedes destrozarla de un sólo puntapié
o echártela sobre los hombros:
hay un instante al día en que brilla
como si arrastraras el ocaso a tu espalda.

Entonces podrás apreciar tu contorno
mecido sobre el pulmón del mar
a contraluz íntimo y elástico, envuelto
en una bandera de luz blanca, quieres

entender estas alegrías
sólo permanecer
algo más en silencio.



martes

MARTE RESPONDE.

Quiero que estalle la guerra
que guarda esta calma traidora
es una caja de música
de canto de cisne atronador
de llanto que se silba entre los dientes
bruxismo férreo sangre rabiosa,
esta carnicería.

Quiero que me merodee despacio
como una fiera que se me venza
como un orgasmo esperado repentino
el clamor de la batalla
los tambores de la guerra
el llanto de las madres
el chasquido de la carne
la sed de los moribundos
y la sed de la venganza
el bramido de los tanques
el estertor de la diplomacia
el dolor por los pérdidos
el susurro de los muertos


quiero por fin oír los brotes de hierba crecer
campo a través de sus tórax medio podridos
bajo la tierra,

 y el escándalo en la televisión de cada una de vuestras casas.



sábado

CABO DE GATA #2

Ahora perfilamos esa intuición,
como un punto suelto en la urdimbre
dices, veníamos a este punto
y quizás siempre supimos
desde niños, el placer de la caída.
Ya buscásemos la costanilla más rizada,
si cogíamos veredas ceñidas muy sobre el mar,
sólo caminos precipitados, 
despeñaderos lúdicos: creo que
cavilábamos abismos parecidos.
Así instauramos la cicatriz,
con el hábito de la rodilla magullada
y el vientecillo por arriba del manillar
el juego se hizo costumbre.
Podíamos habernos partido la cabeza
y eso que era de nuestras madres, todavía
de ellas nuestras heridas.
Entonces nos llevaban de la mano a casa
tan lejos de este punto todavía.



miércoles

MENOS ROSAS*

Me regaló un libro de poemas
sin fecha ni dedicatoria. Entonces
era un libro sin un vector sobre los versos
que señalara sus ojos, y no era
andamio de nuestra historia
ni estaba superpuesta entre líneas
la menor señal de su existencia.
Me regaló un libro sin publicidad
subliminal de lo que él sentía
por mí lo que él sentía allí no importaba:
por eso lavó las manos de su perfume
antes de ponerlo en las mías.
Era la primera vez que me regalaban
una casa vacía
una ventana abierta
una selva virgen.

Por eso cada vez que vuelvo allí pienso
en su generosidad, cada vez que lo leo
y se lo devuelvo

- en tristes cómodos plazos.



martes

VENUS





(...)
                          II

Luego las varices de las que fueran diosas
iban atándolas a condiciones terrenas:
esas raíces trenzaban sus piernas
las hundían poco a poco en el asfalto.
Inclinadas al ocaso, sin crueldad siquiera
como una vela que se derrite
una luz que se extingue, sus cuerpos marchitos.
Las mujeres hermosas 
cruzando el paso de las estaciones.
Se las tragaba la tierra.


La niebla había emborronado sus rostros, entretanto
yo avanzaba al corazón del bosque.


UN MOTOR DE DOS TIEMPOS explora vías de escape



De repente pierde todo sentido seguir hablando con uno mismo, qué decir de tenerse una charla interesante. Gestas un narrador creativo, abrillantas la plata cada día. Luego sólo refleja más y más tu cansancio. Una idea divertida -la atesoras y te ríes bajo o la inviertes. Luego más, hasta forzar la maquinaria para reírte sola, para sacar a relucir una imagen que hable en la plata.
Brillante: conforme a alguna especulación sin memoria de su original. También ahora. Cualquier espejo carga con sus distorsiones, y ahí estás, hablando sola.

Buscar justificación, o mejor no pensar, no es autocomplacencia.
O cerrar los ojos fuerte y ver formas iridisadas.


Todo este lloriqueo oblicuo y espía. Echa de comer signos de interrogación a tus gallinas cluecas. Visualiza la tripa rota como una manguera que patalea furiosa. Lo llamas así, por llamarlo de algún modo. Lo llamas así por no dar un espectáculo. Escoges trozos de cuadros cubistas por recomponer la noche pero sabes que la noche es mejor en brazos de alguien, y por alguna razón nadie dice nada. También ahora: sigues hablando sola. Ahora cleptómana de imágenes y zalamera, pordioseando la entraña que asegure es natural sentirse sola en medio de la noche.

Buscar bolas de cristal como modos amables de refugio:
cápsulas del tiempo, drogas de diseño. Aquí
reventar las letras del nombre propio, granos en el culo.



¿Qué? No te atreves a gritar por no despertar a los vecinos. Por no agitar la piedra de la locura en tu cabeza -no se note su infantilismo, su tañido de sonajero. Por no dar un espectáculo es preferible el montón de baratija tipografía. Preferirías estar comiéndole la polla a alguien. Pero has espoleado una y otra vez los caballos blancos de todas las conversaciones y las sábanas azules.

Buscar castillos en el aire viciado del aliento. Subrayar los versos

vahídos en los cristales. Los cristales
de las bolas de cristal, de las burbujas de gas de la tripa
que ondea, los sólidos cristales del salegar
que ofrecer -estuve llorando y me acordé de ti-.
Algo parece superar la línea de flotación.



Te vas amurallando de metáforas, qué expresión tan elegante de cobardía. Bienvenida al pozo de los deseos, y cuidado con el perro. Si ya no te soportas gime como una puta o llora, di al fin que estás sola. Que echas de menos como era antes. Que has caído por tu propio peso, en tu misma trampa. También ahora, y todavía no es suficiente: ¿el resto de la noche sin criptografía? Planteas eliminarme y no parecer desquiciada. Nadie sabrá qué te guardas bajo llave: un gesto confesional tiene que ser lamentable, este exceso: exceder las formas buenas: claramente exagerar: excretar. Nadie sabe comportarse cuando ve llorar a otro. Cuando lo ve cagarse en todo casi nunca hay una respuesta apropiada.

Buscar gas, aliento, aire.
Sal, castillos, arena.
Humores, llanto, mar.
Aviones, jeeps, barcos de vela.


sábado

SE BUSCA



Amante con gran
                    
                              biblioteca,

para cubrirme

            las necesidades
                                      de cuento.



viernes

SIOUX

El mundo gira, dime eso la próxima vez que nos veamos. Mi padre me señalaba las velas y decía ¿ves? ya has dado 10, 12, 20 vueltas al sol: es sólo una cuestión de tiempo. La respuesta universal, y ciertamente lo es.
Pero luego ya pasaremos a profundizar en otros aspectos, fingiremos que nos interesan hasta que lo consigamos. Esta ciudad es un asco, qué falta de respeto, vi a tu hermana el otro día. Por concretar, ¿qué tal el curro? Me contarás. Te daré mis palmaditas de moral en el hombro. Esto es lo que yo pienso, pero tú ya lo sabes, tú ya sabes que estamos diciendo nada. Aún así. Iremos sacando papelitos de la bolsa de topics, el juego va así: tú me haces de pitonisa primero y luego yo a ti. Salud. Dinero. Amor. Y también Sexo. Y también Literatura. Y también Drogas. No es hastío vital, es que no me abrazan en el cine.

Olvida todo esto. Ahora busca una imagen bonita y préndetela del ojal. Ahora:

Un pez naranja entre la marea de gente sudando.
Un señor con un diapasón timbrando el gemido de tu sexo.
Una muestra gratuita de afecto y no de perfume.
Una almohada con la forma de tu cuerpo por la noche.
Una fotografía haciéndose ventana de repente.
Un mariachi en tu balcón cantando Clavelitos.
Un testigo de Jehová te pide tu número de teléfono.
Un momento de certidumbre cristalino entre los ojos.

 Y ya no te vuelves a encerrar a escribir poemas. Ni siquiera te sientes mal cuando desconectas y parece que no serás capaz de nuevo. Y ya la necesidad de orden nunca estará por encima de los aullidos de los perros. Porque vas a explotar ahora entre todos nosotros. Subes a bailar sobre los capos de los coches, quiebras sus lunas hasta el estado menguante. Abres mucho la boca a los tubos de escape, haces formas con el humo. Vas al supermercado con las bragas en la cabeza y dices "quédese el cambio". No tienes excusa. Quién te ha visto y quién te ve, 
becado,
oficinista,
funcionario,
camarero,
músico de cámara,
astrofísico,
brillante universitario

¿dónde has estado toda tu vida,
mientras el mundo giraba?




jueves

CON TACTO


Estoy sensible,





así que 

no   me   toques
                                los   cojones.



viernes

LOS JÓVENES

Ahora que somos jóvenes
y habitamos este vertedero
holograma, construimos
estos tipis
con escombros, con migajas
de pan y ceniza
en la gran montaña mágica:
así seremos pequeñas tribus
con la cara pintada
de caligramas
de palo seco.

Ahora que somos jóvenes,
a veces,
nos miramos a los ojos
legañas de mediodía,
vemos al cartero ya a lo lejos
bailar como una llama,
y arrojar a nuestro túmulo
cuatro telediarios,
alejarse volando
a mandíbula batiente.

Ahora que somos jóvenes
tenemos rituales
también,
nuestras costumbres secretas
casi fecales.
Escudriñamos los restos,
escogemos un ídolo,
nos sentamos en corrillo
para hablar de nuestros hijos.

Alguien lía un cigarrillo
que pasa de mano en mano,
nos echamos en cara el humo
y os contemplo:
         - "Y ustedes,
¿qué quieren ser de mayores?"

       -"Se cuenta que compartimos
la jeringuilla
de una alucinación idéntica
una cepa de bulimia."

En expedición poblamos
lugares hinóspitos:
como todo el que fue joven,
cruzamos un puente colgante,
paseamos un claustro histórico,
nos reunimos en un covacho
sentados en montones de papel
xerografiado, viejos
manifiestos heroicos,
a masticar fibra óptica,
a digerir celulosa.

Ahora que somos jóvenes
y los vigías dijeron "¡apocalipsis!",
caminemos
caminemos
caminemos
hasta morder el polvo.

jueves

SÓLO VIENTO

En esta estación no había ni un alma, y los silbidos del viento que se colaban entre las estructuras de hormigón tenían algo definitivamente siniestro.

Ampliación del campo de batalla, Houllebecq



Como si fuera un error
siempre encuentro a mi alrededor
cosas que amenazan al final del día
con volver,
volver como el viento.

Sólo viento, Nacho Vegas







¿Ah, pero qué significa el viento?
Quiero decir,
con qué alquimia boba colocó alguien
quién sabe qué acento de símbolo,
de paisaje afectado, ¿oigo dios?
Así vamos, medio locos
por las inclemencias del tiempo
y decimos del viento entonces
que nos mesa los cabellos, que silba,
mensajero de voces se agita
entre las ramas, ofrece el olor
de su rosa
de los vientos, que se azotan
con rachas de alguna suerte
-puede que viento-metal,
puede que viento-madera-.

Dichoso viento que golpea
con insomnio las ventanas
y a la mañana siguiente,
camino del trabajo,
ni azota ni gira ni silba
ni agita con lirismos tampoco
me trae noticias de ti ni de dios ni nada
apenas más que volarme
el periódico, dejarme en tierra
en desventaja
esperando el bus ni siquiera
puedo encenderme un cigarro.
¡Dichoso viento!

que inspira a los poetas
que tanto molesta
al común de los mortales,

que tanto por ti me bebía.


martes

LA MADEJA

I

Pasamos una noche insomne leyendo de los premios Ig Nobel. Fue Dorian Raymer el que desarrolló esa reveladora teoría matemática según la cual cualquier cosa que pueda enredarse se enredará.
Este tipo es un genio y no lo sabe, dijiste.



 II

Anda enroscado a cualquier parte
el cabo suelto de un poema, lo he visto
trepando tus piernas, aupándose sobre
tus rodillas, a tu cálido lecho
-viejo marchito, o tú, flor a deshoras-.
Lo he visto de esta guisa, igual
que una moneda,
rodando hasta la mesa de otro,
y me agazapo como una loca en pos

del cabo suelto del poema, la presa,
-se me ha caído una lentilla-,
que tú ya te has dado cuenta lo sé,
y me miras con reproche, al fin
y al cabo voy, como si se me fuera
un trozo de vida irrecuperable tras ello.
No entiendes que mañana
no conseguiré acordarme,
que la certeza de algo hermoso
se desvanece tan ligera
como si no importase
¡tengo que apuntarlo ahora!
debo contarle
a todo el mundo
el gran hallazgo en el sexo, en el periódico,
en el café, en la estación de trenes,
en el tráfico, en el pasamanos de mi escalera
y en la luz desmayada  en su hueco, que te digo:

           - ¡Es como el limbo!


y tú, harto de mi entusiasmo, has fijado
el ceño en el mohín del reproche,
-tus cejas se encuentran entre él
como placas tectónicas-, me dices
que la vida no está
en mi puñetero cuaderno, ni en el hueco
de la escalera, ni en un poema
sobre la necesidad de escribir
un poema, que con todos mis cabos sueltos
bien puedo hacerme un horca
y colgarme como otro poeta.

Y ya temo pensar en tu cara
cuando no pueda aguantarme las ganas
de enseñarte lo que he escrito.

miércoles

3.45




Si puede que aún sea la chica con la que
querrías ver la Guerra de las Galaxias, me pregunto.