jueves

NOCTILUCA

(hacia)
alguna parte.
Dibujé un símbolo en tiza blanca 
consigna, luminaria escogida 
para brillar

como brillan los secretos en los ojos
y se sonroja la mano
que apresa vacilante una luciérnaga.

Al paso
de mi paso por el mundo
estuve señalando los umbrales con
esta cruz de luz no muy distinta 

del beso 
en la boca de los burdeles. 

Doblando las esquinas
de algún libro, indiqué
todo lo incandescente.
Iluminé con velas cada alcoba
con pistas furtivas de aterrizaje.

Buscaba luz 
como busca la luna
vestida en el cénit de las ciudades

de sus treinta monedas 
de plata, que es el precio de un esclavo.

Sólo di a luz
un desalumbramiento.
Por suerte, los poemas aún se dejan
acariciar a oscuras,
animales.

Callados como putas:

castígame con tu indiferencia.