martes

FRANCESCA SE DESVANECE. parece que fue ayer.



Casualmente, el 19 de enero de 1981 una mujer se defenestró en Manhattan.



Francesca Woodman abría ventanas al mundo. Se buscaba a través, se quitaba la vida en imágenes en las que ella borrosa, ella desnuda preguntaba de continuo quién soy: algo debía permanecerle oculto, silente en la plata.
Sus fotos son un paradigma de las contradicciones de todos, en las que se anula, se esconde y se decapita, y sólo consigue hacerse presente, sutil y única por encima del estereotipo de otra cualquiera mujer-ojo.
Una mujer de madera surrealista, pinoccio moderno:  A woman; a mirror. A woman is a mirror for the man, notas al pie de página de su imagen y semejanza. Si la fotografía es luz, ella no desea más que hacerse sombra en ellas.

Francesca es un camaleón tonto, se le cae la casa encima, le pregunta al polvo cómo se tiene que vivir, si es que hay una manera. Se enfrenta sin motivo aparente, se abandona en las ruinas, deja los testigos mudos. Mírame, soy misteriosa. Estoy aquí y no puedes descifrarme. Me coloco frente a ti y te digo: no sé lo que quiero.


Está hablando de cuestiones y de problemas que nos afectan a todos, que es finalmente cómo nos percibimos, cómo damos cuenta de nuestros deseos, cómo nos relacionamos con el otro y cómo somos capaces de habitar el mundo en que nos encontramos (...). Yo creo que en todo momento, su obra es una especie de biografía cifrada donde vemos alusiones a la relación con otras mujeres, a sus experiencias amorosas, a sus desengaños, a su anticipación de la muerte -a lo que diríamos en términos freudianos una 'pulsión tanática'-. A su búsqueda de felicidad (...) En la obra de Woodman hay siempre una dimensión de ausencia, de tristeza, de melancolía, de partida, de desencuentro, de ansiedad.

Fernando Castro Flórez, crítico de arte.



No cumplía 23 aún años cuando se quitó la vida, aunque la efemérides sólo sea una excusa para sacarla a luz. Qué tonta fascinación por los suicidas, por los homicidas tímidos.

 







Callados como putas:

castígame con tu indiferencia.