sábado
LAGARTOS, a veces también dragones.
umbilical
Sin embargo, ayer llovió, y hoy en el aire hay presagios de dragones.
Antonio Santo
En la televisión
tras el apagón analógico sólo se ven
un par de canales locales, menudas reposiciones
de tu vida, vistas desde fuera, interferidas
por un ruido blanco invernal.
Off. Recuerdo.
Retuerzo la escalera hasta el súper,
siempre pienso en lo que robo de tu alacena
para saber que es lo que necesito
(y compré el primer helado del verano.)
Los niños de la calle se recortan
contra el marco de la ventana, mutilados,
nada saben sus cuerpos de la Gestalt
y nada quieren saber mis ojos: son niños
con su forma de gatella de niño y juegan
al ritmo en el que el ventilador
esparce sus voces disparatadas en
ciertos trozos soleados de la acera,
o siembra este humo dulce verde
en césped artificial sobre la losa.
Hoy va bien
ser un bicho que poliniza
brotes psicóticos entre los geranios,
que muere en las manos de esos niños
rotos en sus omatidios, despiezado
de la tele, del súper, de la ventana
y del humo que ha cultivado
formas de dragones en mi pecho.
Antonio Santo
En la televisión
tras el apagón analógico sólo se ven
un par de canales locales, menudas reposiciones
de tu vida, vistas desde fuera, interferidas
por un ruido blanco invernal.
Off. Recuerdo.
Retuerzo la escalera hasta el súper,
siempre pienso en lo que robo de tu alacena
para saber que es lo que necesito
(y compré el primer helado del verano.)
Los niños de la calle se recortan
contra el marco de la ventana, mutilados,
nada saben sus cuerpos de la Gestalt
y nada quieren saber mis ojos: son niños
con su forma de gatella de niño y juegan
al ritmo en el que el ventilador
esparce sus voces disparatadas en
ciertos trozos soleados de la acera,
o siembra este humo dulce verde
en césped artificial sobre la losa.
Hoy va bien
ser un bicho que poliniza
brotes psicóticos entre los geranios,
que muere en las manos de esos niños
rotos en sus omatidios, despiezado
de la tele, del súper, de la ventana
y del humo que ha cultivado
formas de dragones en mi pecho.
3 tiros de piedra:
yo tampoco sé nada de la Gestalt
Como siempre... valoro tu la forma en que el lenguaje deja que lo acaricies...
(por cierto, las imágenes de los cuadros de ahí arriba están más que bien, ¿son tuyos?)
juan, ah, por suerte tu cerebro sí.
rai, gracias :)
sí, los cuadros son míos.
castígame con tu indiferencia.