lunes
C'EST TOUT
umbilical
Por "ahora" digamos: estos días porosos de crema y nata montada a la postre, sin la guinda roja que dice que ya está todo vendido. Las esquinas de esta ciudad se nos van haciendo translúcidas, se nos ve venir de lejos. Y no hay manera de pasar página, es la curiosidad la que bendice la mesa en este banquete platónico. Apuntala luz en la caja negra de nuestro accidente, luz arrojada -valiente- sobre los años, luz que me llevo desde los años luz a los que estás ahora. Digamos: en Madrid, al menos, dan gato por gato.
Este velatorio carnal a media luz, ambiente: cirios rojos y medias negras en el dormitorio. Este desvelo tranquilo, este proceso cruzado. Sí, sabemos que todo está a medias y por eso no quise fotografías de este viaje. Yo ya cargo con la cámara oscura del presente. Te digo que el presente es un túnel, un punto negro de máximo riesgo, noche oscura del alma entre lo atardecido y lo que está por amanecer. El eco en cada una de nuestras tocatas, nuestros adagios y fugas. Aquí caminamos a tientas, palpándonos clandestinos. Te digo que clarea por ambos extremos, te digo siete veces siete que te quiero.
Piso la luz de las brasas con la fe tuerta que te tengo, en este país de ciegos. Tú ronroneas. Subimos enroscados a los tejados de Madrid, aún no tocamos techo. Es una cuestión de lealtad.
Y eso es todo por ahora.
Este velatorio carnal a media luz, ambiente: cirios rojos y medias negras en el dormitorio. Este desvelo tranquilo, este proceso cruzado. Sí, sabemos que todo está a medias y por eso no quise fotografías de este viaje. Yo ya cargo con la cámara oscura del presente. Te digo que el presente es un túnel, un punto negro de máximo riesgo, noche oscura del alma entre lo atardecido y lo que está por amanecer. El eco en cada una de nuestras tocatas, nuestros adagios y fugas. Aquí caminamos a tientas, palpándonos clandestinos. Te digo que clarea por ambos extremos, te digo siete veces siete que te quiero.
Piso la luz de las brasas con la fe tuerta que te tengo, en este país de ciegos. Tú ronroneas. Subimos enroscados a los tejados de Madrid, aún no tocamos techo. Es una cuestión de lealtad.
Y eso es todo por ahora.
1 tiro de piedra:
"El Paraíso debe estar vacío.
Si tú no estás, quién va a querer estar.
Sé que andan de tertulia por la puerta,
incluso Dios mira el reloj y fuma
y se hace el remolón hasta que llegues.
Entonces todos entrarán de golpe."
(E.G.T.)
...nada que añadir. Yo estoy esperando en la puerta de mi felicidad.
PD: Que sean setenta veces siete por mi parte.
castígame con tu indiferencia.