martes
CONSUMO DE ALUCINÓGENOS
cartas sobre la mesa, espacio imaginario, fallaIntenté hacerlo, tuve desazón recurrente por llegar las palabras adecuadas. Por si de algo sirve, ya no soy yo la persona que escribía, esa persona se murió sepultada en el diario de Anaïs Nin. Estimaba que habría mucha más vida, un florecimiento dentro de la literatura, pero las páginas de los siguientes tomos me disgustaron muchísimo por algunas razones. Puedo decirte que es una manera de vivir parasitaria -borgiana, tal vez- poblar libros en lugar de personas, y sobre todo cuidarse mucho de haber escogido otra piel de serpiente -la serpiente, se dice es símbolo de conocimiento- y dejar atrás un túmulo de letras de molde, cáscaras vacías de tinta.