lunes
AUTOBIOGRAFÍA a 300 ppp
umbilicalVeo al salir de casa una ventana cuadrada que invita a desafiar la gravedad. En el ghetto La Paloma, junto a la estación de trenes. La traílla de gatos del barrio sólo come arroz blanco, el del loco del primero. Me he mirado los pies en todos esos escalones del portal, conglomeran una gravilla minúscula con dos o tres décadas de humedad. No hay ratas ni olor a lejía, a veces llegan cartas y no son facturas. Guardé migas de pan en una cajita durante semanas con un propósito oculto. Puse postales y cuadros que salvan las paredes de mi suciedad con esa masilla de color azul. Al hacer la cama suelo colocar un ticket de supermercado entre las sábanas. Tengo un retrato con los cristales rotos que me recuerda quien fui. Hay un avión de juguete junto al equipo roto de calefacción. Siento un terror de pasta de dientes rosa, de encías hemofílicas. Apoyo mis pinturas definitivamente a medias, y una cosa que dijiste que he anotado en la pared. He perdido mucho menos el tiempo de lo que suelo confesar. He visto el verdín en el callejón mientras tomaba café. Ya van varios meses que busco excusas para abandonar la facultad, y quizás ése sea el principal argumento. A veces veo amanecer, cuando me quedo sin tabaco y sin ganas de dormir, me señalo en el espejo con mi dedo más nicotínico. Cargo nueve lunares en la mano que pesan al escribir. Con la ventana y con los gatos, con los posos de ansiedad. He creído varias veces que tengo algo que decir, que tenía que ser brillante y ahora mismo me da igual. Algunos estuvieron aquí pasando la noche y nadie vio el suelo de la habitación. Estuvieron aquí y no notaron lo escandalosa que resulta toda esta normalidad.
3 tiros de piedra:
Ooh! escandalosamente bueno, M.
R.
Toc-toc...
Me encanta la frase-colofón, María :)
No sé si tienes o no algo que decir, pero hacía tiempo que no entraba en un blog y leía algo tan bueno. Quizá ya sólo te falte tener algo que decir.
(Por cierto, si me admites un consejo, no dejes la facultad, cambia de carrera en todo caso; ahí fuera hace mucho frío y te perderías muchas más cosas de las que crees)
Saludos
castígame con tu indiferencia.